Siempre ha habido quien admire
lo que nunca he creído tener, pues jamás me he considerado más que una chica
torpe, cursi, dramática y ridícula. Los atributos físicos me interesan lo mismo
que a cualquier mujer y aunque gusto de verme bien, me da lo mismo jeans y
tenis que vestido y tacones.
Delgada con complejo de gorda o
gorda que se siente delgada, estoy, así como en el limbo.
Una princesa con Boca de
Fresa...
Soñadora en exceso, floja y
respondona. Una princesa que dice groserías eructa y no les teme a las porquerías,
al contrario, las disfruta, más plebeyo que princesa y más de barrio q de
castillo.
Inconforme de todo, peleonera y
terca como no hay otra.
A veces depresiva, rencorosa y
sin escrúpulos cuando se trata de lo que yo quiero.
He mentido, he engañado, he
robado, he perdido y he quitado. He matado sueños, libertades y recuerdos.
Me he caído más veces de las
que puedo contar y no de todas me he levantado aun, confió demasiado rápido y
creo en casi todo. He sido tan pendeja tantas veces...
Soy enojona y mitotera, soy
escandalosa y chismosa, metiche, arrogante y complicada.
En efecto, yo soy todo eso que
nadie realmente quiere cerca, pero por alguna extraña razón llama a mucha
gente.
Me han tachado de loca,
abusiva, mentirosa y cabrona, me han dicho de todo... me he dicho de todo...
Hoy en medio de una catarsis increíble,
sé que lo soy, lo fui y lo seré cuando y como deba ser, o tal vez no lo sea
nunca, pero realmente eso es algo que no me interesa, porque únicamente soy lo
que soy y punto.
Hoy un estruendo removió mis
entrañas y me dejo ver la poesía que me habita, la música que me mueve, la alegría
que me ilumina y el amor que me llena.
Hoy alguien me dejo ver dentro
de mí misma y encontrar lo que me sostiene desde dentro, esa increíble mezcla
de errores que a alguien en el mundo le parecen perfección y no por un par de
ojos, unos labios o unas piernas, sino por el escándalo que significa mi
llegada a su vida, por el terremoto que he causado, sin planearlo, en su
existencia.
Todos los días hago mi mejor
esfuerzo, pero hoy encontré paz.
Hoy aprendí a quererme y aceptarme
más de lo que me he querido nunca, más de lo que nadie vio en mi jamás, me
motivo a mejorar, sin pedirlo, por mí y si eso no es amor, no sé qué si lo sea.
Hoy entendí, finalmente, que,
si soy la peor persona del mundo, lo he sido por razones que solo a mí me
competen y solo yo he de lidiar con decisiones y consecuencias.
Hoy decidí soltar todo aquello que me pesa, todo el lastre de mi histora. Hoy decidí dejar atrás mis errores, para poder volar al futuro y compartir toda la felicidad que ha llegado para llenar el hueco que antes ocupaba mi preocupación y mi tristeza.
La Princesa de la Boca de Fresa