¿Así como cuando estas a punto de alcanzar las estrellas y despiertas del sueño porque te caíste de la cama? Así…
Y como la estrella fugaz que dura un suspiro en el cielo, que
no esperas ver llegar y se va antes de pedir un deseo, tanto así duro mi calma después
de una larga tormenta.
Tu aroma en mis manos, un ensortijado cabello enredado en mi
reloj, tu sonrisa en mi memoria, y tal vez una lagrima que se escapa, poco más
queda para guardar.
¿Cómo le pido a la lluvia que no caiga o al sol que no
salga? ¿Cómo le pido al viento que no sople en mis velas y me lleve a lo
desconocido si mi timón se rompió hace tanto tiempo?
El tiempo no es más que una gota que cae inexorablemente sobre mi frente,
enloqueciéndome así con cada golpe.
¿Acaso
importa?
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