¿Viniste solo para irte?...
pareciera que tu marea nunca creció y
cuando pretendió hacerlo en ella me hundió.
Lo irónico es que respiro mejor bajo tu sombra,
en tu abismo, en su cercanía,
esa misma que profana mi alma,
que me colma de todo y por todo de ti.
Como las olas que arrasan con todo a su paso,
te llevas las construcciones de mi pasado
y la tierra de mi existencia queda desolada,
inhabitable por al menos un tiempo, queda, pero se ha ido.
Si regresaras... traerías de nuevo todo lo que
JUNTOS construimos, un mismo fin, un mismo inicio;
todo aquello que valía la pena
para ti, para mi, para ambos.
¿Cómo se construye sobre cimientos inexistentes?
Y así es como tu marea destruyo mi vida...
con mi autorización, es así como aprobé mi propio destierro...
Hoy ya no quiero que regreses.
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